No huyas jamás.
Que el temor no te domine
y puedas continuar tu propia senda.
Las penurias del camino no son tantas,
y, al final, los logros las compensan.
Da un paso más, y sin dudar avanza
con la fuerza de tu alma convencida.
Ese paso que sigue es el que importa
y puede ser el paso clave de tu vida.
No mires hacia atrás. Allí no queda nada.
Lo transitado es apenas una sombra
de lo que alguna vez fuiste y ya no eres.
Sería inútil carga en tus alforjas.
El pasado son los pasos que ya diste.
Ya no es, ya no está, sólo es recuerdo.
El futuro aún no existe, es horizonte incierto.
Lo que te espera sin que puedas conocerlo.
Tu premio por no haber huido nunca
es tu presente, el mirar hacia delante,
ser hoy mejor que lo que eras.
y, dando el paso nuevo, superarte,
Entonces transitarás la vida
creciendo cada día,
y llegarás al final de tu camino
sin haberte convertido nunca en viejo.
Daniel Galatro
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