
En algunos escritores, el fenómeno de Harry Potter provoca una clase específica de celos: celos del éxito económico de la autora, convertida en la mujer más rica de Gran Bretaña.
¿Por qué no me pasa eso a mí, que escribo mucho mejor?, suelen pensar millones.
En algunos críticos, provoca la rabia de un éxito logrado sin la menor participación del aparato académico. No se trata de un best seller más, y eso es lo que más desconcierta a los críticos: la serie se destina a los niños y adolescentes, componentes de la sociedad que todos los adultos se sienten obligados a decir que defienden.
Extraído de una nota de Brecha (Uruguay)
No hay comentarios:
Publicar un comentario