
Cuando empieza una relación y se observa en uno de los miembros de la pareja unos celos fuera de lo común, no hay que engañarse creyendo que esa persona ama con locura a su novio o novia. Los celos no se deben aceptar como una manifestación de amor ni se deben ver como algo normal o tolerable. Tarde o temprano esos celos desmedidos e infundados destruirán la relación, o lo que es peor, convertirán el romance en una historia de terror. Un hombre celoso o una mujer celosa empezarán por desconfiar de su pareja y poco a poco la relación se convertirá en un campo de batalla donde la comunicación y el diálogo estarán ausentes. Los celos pueden llegar al extremo de que él o ella le prohibirán a su pareja salir sola, hablar con sus amigos y amigas, arreglarse, vestirse bien y hasta trabajar pensando que le puede ser infiel en el trabajo. Una persona con celos enfermizos, acecha a su víctima constantemente y se hace la vida imposible a él y a su pareja. De donde se deriva la violencia doméstica? La violencia física y psicológica generalmente se deriva de los celos enfermizos y en algunos extremos uno de los dos puede acabar con la vida del otro. En un veinticinco por ciento de las agresiones violentas a nivel mundial, el motivo ha sido los celos enfermizos o infundados. Es el motivo más frecuente de los homicidios conyugales. Los psiquiatras y consejeros matrimoniales afirman que los celos enfermizos son el preámbulo de la psicosis. Fácilmente se pueden convertir en delirio y distorsionar la realidad. Los celos son inseguridad y no amor del uno por el otro. Los celos pueden ser explicados como una emoción intensa que es experimentada cuando hay un deseo exagerado de poseer de forma exclusiva a su pareja.
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