Durante estas fiestas los sacerdotes “lupercos” se reunían en el monte Palatino, donde según cuenta la leyenda el fauno, convirtiéndose en loba, amamantó a Rómulo y Remo, quienes más tarde fundarían Roma. Una vez en ese lugar los sacerdotes manchados con sangre de animales y sólo tapados por pieles golpeaban con unos látigos, también elaborados con pieles, a todo el que pasase con el fin de purificarlos. También se decía que azotar a una mujer de esta forma aumentaba su fertilidad.
Las lupercales dejaron de celebrarse cuando finalmente el Papa Gelasio I las prohibió en torno al año 494, y creó una nueva versión cristiana: el 14 de febrero. Esta nueva fiesta se celebraba en honor al mártir San Valentín, a quien este mismo Papa nombró Patrón de los Enamorados. Fue entonces cuando una fiesta que rendía culto a la fertilidad y a la sexualidad comenzó a adquirir el carácter romántico que hoy en día mantiene.
El hecho de que esta festividad se le atribuyese a este Santo no fue casualidad, y tiene que ver con la historia del mismo. Se dice que en el año 270 d.C. el emperador romano Claudio II ordenó que se prohibiese el matrimonio mediante un edicto. La única explicación hallada para este hecho fue que el casamiento perjudicaba al ejército, ya que los maridos no querían separarse de sus mujeres para ir a la guerra. Fue en esta época cuando el obispo Valentín, desobedeciendo las órdenes del emperador, se dedicó a casar en secreto a todas las parejas que lo requerían. Cuando el emperador descubrió lo que el obispo hacía ordenó que lo mataran y así sirviese como ejemplo para todos aquellos que osaran desobedecer el mandato. Fue por esto que se relacionó este santo con el Día del Amor.
Parece ser que más adelante, sobre el siglo XVIII también se relacionó con este día a Cupido, de manera que esta celebración dejo de tener el carácter cristiano que había tenido hasta entonces. Cupido es el Dios del amor en la mitología romana, que es el equivalente de Eros, de la cultura griega. De él resalta su capacidad de hacer florecer el amor entre las personas, y se le representa como un niño alado con un arco y flechas. En algunas ocasiones también se le añade una venda sobre los ojos para recalcar el hecho de que “el amor es ciego”.
En la actualidad el Día del Amor es una fiesta prácticamente de carácter mundial. En la mayoría de países se aprovecha esta fiesta para demostrar el afecto entre parejas y amigos, pero a pesar de que el objetivo es el mismo, en cada cultura han surgido diferentes maneras de expresión de este Amor que es protagonista el 14 de Febrero de cada año.
Hoy en día esta festividad no se limita al mundo occidental. Gracias a la mejora de las comunicaciones y al incesante proceso de globalización este fenómeno ha llegado a todos los lugares del mundo. Un ejemplo muy sobresaliente es el de Japón. En este país se celebra San Valentín desde hace décadas, con la peculiaridad de que no son los hombres quienes regalan como se tiende en el resto del mundo, sino que las mujeres regalan chocolates a los hombres, ya sean parejas, amigos, familiares, etc. A esta costumbre se suma el hecho de que posteriormente, el 14 de marzo, en el denominado White Day, son los hombres quienes deben corresponder a las mujeres con un obsequio generalmente de color blanco.