Cecilia Ruiz de Ríos :

"Recuerda nuera, que algún día serás suegra, y suegra, no te olvides que fuiste nuera,"reza un proverbio judío muy sabio que a menudo se ve engavetado.
Entre las mujeres que han sido víctimas de suegras de pesadilla estaba una princesa de Navarra llamada Berenguela, quien tuvo como suegra a la fabulosa reina Leonor de Aquitania.
Berenguela se enamoró perdidamente del chele y maricón rey inglés Ricardo Corazón de León y tuvo la suerte de que Leonor estuviera de acuerdo con la boda, la cual se dio en Lymassol, Chipre, en medio de una Cruzada en la cual Ricardito tenía por destino masacrar niños.
Berenguela vivió sumida en las faldas de su suegra, quien le indicaba hasta como debía vestir para gustar a Ricardo.
Leonor no dejó a su nuera reinar como consorte de Ricardo mientras éste andaba de caballero cruzado, y Berenguela tiene la triste distinción de ser la única reina de Inglaterra que jamás puso una pata en suelo inglés.
Una vez muerto Ricardo, Berenguela, quien nunca le dio hijos pues hasta se duda que Ricardo haya consumado el matrimonio con ella, fue recluida en un convento.
Las suegras temibles eran ley en la familia de Leonor de Aquitania, y una nieta suya, Blanquita de Navarra, sería una de las suegras-ogresas más célebres de la historia.
Inicialmente iban a casar a Luis VIII de Francia con Urraca, la dulce hermana de Blanca, pero a última hora la vieja metiche de Leonor cambió las novias y Luis VIII acabó matrimoniado y dominado por Blanca.
Cuando el hijo de ambos, Luis IX(futuro San Luis El Cruzado) se enamoró de Margarita de Provenza, Blanca se convirtió en la proverbial suegra arpía de la muchacha, quien le tenía pavor.
Blanca hasta le buscaba muchachas para tentar a Luis IX y que no fuera fiel a Margarita, quien sufría horrores con las torticerías de la intrigante Blanca.
En España, el último monarca de la línea Habsburgo (Carlos II)vería cómo su madre, Mariana de Austria, aborreció a ambas mujeres que fueron consortes suyas: primero la francesa Luisa de Orléans, de quien se dice que murió envenenada, y la intriganta Mariana de Neoburgo, quien peleaba como gata panza arriba con la madre del pobre tarado y deforme Carlos II.
No todas las suegras fueron brujas malévolas.
Algunas llegaron a amar sinceramente a sus nueras, a como fue en el caso de Isabella, la Loba de Francia, quien al inicio no veía con muy buenos ojos a la flamenca Felipa de Hainault.
Isabella, madre de Eduardo III y viuda por su propia mano del maricón Eduardo II, sintió celos de Felipa cuando ésta y Eduardo III se casaron locos de amor, pero como no hay madre que se resista a quien ama a su hijo, la adoración obvia de Felipa por Eduardo acabó ablandando a la implacable Isabella.
Cuando Isabella fue alejada de la corte inglesa para que no metiera sus naricillas en la política, Felipa lloró a su marido que no la dejara podrirse en un convento, pero Eduardo no complació a su mujer aduciendo que "tú no sabes la historia completa de tu suegra."
Cyra Hafise, la madre del sultán otomano Solimán el Magnífico, fue otra suegra formidable, pero su gusto por la intriga y el afán de jugar a ser Dios le trajo malas consecuencias.
Como suegra, consideraba a su nuera Mahi Debran como una pobre sosa que aburría y atosigaba a Solimán.
Por ende, le buscó una sustituta, ayudando a surgir a Roxelana, la rusita que acabaría siendo la idolatrada segunda esposa de Solimán con el nombre de Khurrem. Khurrem jamás le agradeció a su suegra que literalmente la hubiera colocado en la cama del sultán, y en varias ocasiones intentó envenenar a Cyra.
Isabel de Avis, princesa portuguesa que casóse con el barbudo Carlos I de Habsburgo de España, fue otra nuera que no se comportó demasiado bien con su suegra, la pobre Juana la Loca.
Juana estaba recluida en Tordesillas por su locura e Isabel no perdía ocasión en denigrarla, procurando que su marido jamás recordara que aún tenía madre viva.
Ana de Austria, la madre de Luis XIV el Rey Sol, aconsejaba a su nuera y sobrina María Teresa que fuera paciente con su hijo, olvidándose que ella no había sido demasiado paciente o fiel con su esposo Luis XIII.
La madre de Férenc Nadasdy estaba tan ansiosa por echarle mano a la inmensa fortuna de su futura nuera Erszebet Báthory que hizo que la muchacha se fuera a vivir con ellos aún antes de casarla con Férenc.
La ambiciosa mujer hasta sirvió de alcahueta de su futura nuera cuando Erszebet salió pipona de un campesino, llegando a ayudarla en el parto y luego a colocar a la niña espuria con acaudalados comerciantes.Erszebet agradeció a su suegra este gesto con mucho dinero, y a la señora no le importó que su nuera llegara "ligeramente usada" a la boda con Férenc siempre que la plata siguiera entrando a sus garras.
María Estuardo, reina escocesa que acabaría sus días decapitada, tendría como suegra a la formidable reina Catalina de Médicis, quien se abstuvo de hundirle las garras a la rubia escocesa mientras estuvo casada con el deforme Francisco II.
Una vez muerto el muchacho poco después de asumir la corona francesa, Catalina de Médicis casi echó de la corte francesa a su ex nuera, ya que muerto el perro, se acaba el trato con las pulgas.
Hubo personajes históricos que amaron tiernamente a sus suegras a pesar de todo.
El Marqués de Sade se negó a ejecutarla en la guillotina a pesar de que la vieja lo había encerrado a menudo en prisiones en tiempo de Luis XVI por libertino.
Cuando De Sade ya era juez en la Revolución Francesa, tras ser liberado de la Bastilla donde su misma suegra lo había puesto, no quiso acabar con la vida de la madre de su mujer, a pesar de que la arpía bien lo merecía. Nandi, la preciosa y poderosa madre del rey zulú Shaka Zulu, contó con la ternura, el respeto y la devoción constante de Pampata, la mujer que aunque nunca se casó con Shaka fue la compañera inseparable del monarca y coronela en su ejército.
Pampata, la incansable guerrera, se tornaba en una gata de amor a los pies de Nandi, quien llegó a amarla tanto como a Shaka.
Cuando la bellísima princesa bávara Elizabeth de Wittelsbach, más conocida como Sissy, se casó por amor y conveniencia con Francisco José I de Austria se echó encima a una de las suegras más malvadas de la historia, la archiduquesa Sofía, quien además era su tía.
Sofía criticaba, acosaba, torturaba y oprimía constantemente a Sissy, quien vivió su primera etapa de casada en llanto a causa de la odiosa vieja.
Sin embargo, cuando Rodolfo de Habsburgo, hijo de Sissy y Francisco José I, se casó con la belga Estefanía, Sissy odió a la muchacha desde el primer día y la llamaba "espantosa elefanta"y "adefesio inservible.
" La reina española Ma. Luisa de Parma le haría la vida imposible a Antonia de Nápoles, primera esposa del rey Fernando VII de España, provocando en una ocasión que la esposa de su hijo abortara, mientras que la gordiflona reina española Isabel II de Borbón se opuso a que su hijo Alfonso XII se casara por amor con Ma. Mercedes de Orléans, aduciendo que la francesa era muy poca cosa para su hijo, quien ni caso le hizo y se matrimonió con su amada de todas formas.
En nuestros tiempos, las malas miradas entre Elizabeth II de Inglaterra y Lady Di ya son leyenda, y no faltó quien dijera que el accidente de la rubia fuera un atebntado velado enviado por la reina.
Fuente:www.cablenet.com.ni
1 comentario:
Quiero aportar otro dato un poco más antiguo de los que enumeraste. De todas las suegras y nueras poderosas de la Historia, las que peor deben haberse llevado fueron Agripinila y Popea Sabina, madre y segunda esposa del emperador Nerón. Popea quería que Nerón se divorciase de su primera esposa, Octavia, pero Agripinila se opuso porque no se llevaba bien ni quería compartir el poder con ella (ni con nadie). Entonces Popea hizo que Nerón matase a su propia madre, para luego desterrar y asesinar a Agripinila y casarse con ella. De poco le sirvieron esos asesinatos, pues el propio Nerón terminó matándola accidentalmente al cabo de unos pocos años, cuando en medio de una discusión la pateó en el vientre estando embarazada.
Saludos
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